Veronica Mars













La actualidad televisiva se mueve a ritmo de eventos y tras un par de semanas en las que ese evento principal parecía ser el nuevo episodio de True Detective nos hemos topado con la semana Veronica Mars. El regreso de la tumba en forma de película de la serie creada por Rob Thomas a mayor gracia de Kristen Bell no es solo noticia por su existencia si no también por las circunstancias que han facilitado su vuelta. Y es que gracias a Kickstarter Veronica Mars ha creado muchos precedentes no solo de financiación si no también de distribución del producto [1].

Independientemente de su valía como proyecto de financiación masiva, nos encontramos ante un producto que en sus mejores momentos es capaz de trasladar el tono original de la serie a la pantalla pero que en sus momentos más bajos es un ejercicio de nostalgia auto impuesta. Y es que cada punto del guión parece haber sido escrito con una sola cosa en mente, en no decepcionar a toda aquella gente que puso su dinero para que la película pudiera filmarse. Lo que nos lleva a preguntarnos si eso es un peaje a pagar por su existencia o una manera de evitar enfados innecesarios cara a una posible secuela u otro tipo de continuación, una posibilidad a día de hoy nada descabellada.

Y esa necesidad de traer a la historia los máximos elementos reconocibles hace que no siempre todo lo que podríamos señalar como bueno en las características de la serie tenga su merecida cuota de pantalla. No hablamos ya de la aparición casi anecdótica de personajes concretos como Wallace o Mac, que también, si no de un misterio principal construido de forma mucho menos convincente a cuya resolución se llega tomando quizás demasiados atajos. Y es que, al final, estamos ante una historia desarrollada en un episodio muy largo de la serie que se ve perjudicada por la ausencia de la fórmula episódica.

Pero afortunadamente en conjunto las sensaciones son buenas. Kristen Bell demuestra una vez más el compromiso que tiene con el personaje y su buena dinámica con su padre ficticio, Enrico Colantoni, sigue intacta. Veronica Mars, la película, se centra en lo malo que es para Veronica ser la persona que era (y el personaje que la audiencia quiere que sea). El centro gravitacional de toda mala influencia para ella es esa California noir que representa la ciudad de Neptune y la fuerza que hace que nuestra heroína vuelva a las andadas es, como siempre, un Logan en modo atormentadísimo a la que para lo bueno y lo malo está ligada en un vínculo irrompible.

Al final la película en vez de dejar una sensación de cierre lo que hace es funcionar perfectamente como un reinicio de la franquicia. Deja abiertas las suficientes tramas como para tener un punto de partida para futuras historias y no solo se queda en una mera celebración de la serie, si no que apuesta por no ser el punto final de Veronica Mars en cine o televisión. Y visto el resultado servidor no cree que lo sea.

[1] Algunos fríos datos: es el proyecto de Kickstarter con más donantes, el primero en categoría de cine en recaudación total (5.7 millones)  y el tercero de toda la página. Pero lo realmente interesante es que ha sido un estreno simultáneo mundial. El mismo día de su salida en cines no solo los donantes recibieron su copia digital si no que la película estaba disponible en las plataformas de vídeo por demanda. Algo posible gracias a que Warner ha alquilado las salas de cine donde se ha proyectado la película y así ha conseguido saltarse las ventanas de explotación (noventa días para que salga en DVD/BluRay y ciento veinte días para el pago por visión). Y en su primer fin de semana en salas, 291, ha alcanzado la cifra de 2 millones de dólares de recaudación, colándose décima en el ranking de taquilla americana.