The Missing y The Passing Bells, made in BBC

Siete de junio de 2006. Brasil y Francia se enfrentan en los cuartos de final del Mundial de Fútbol celebrado en Alemania. Zidane, al que todos ya querían retirar, juega uno de sus últimos grandes partidos y el espigado Henry marca para pasar a semifinales. En ese mismo instante de júbilo colectivo francés un padre de vacaciones en el país galo corre desconsolado por las calles de un pequeño pueblo intentando encontrar al hijo que acaba de perder en un descuido.

Ese es el punto de partida de la historia de The Missing, miniserie de ocho partes que BBC ha estrenado este noviembre. Escrita por los hermanos Jack y Harry Williams nos encontramos ante un drama que explora la desaparición de un niño con un montaje paralelo que muestra el durante y el después de la investigación a través del impacto emocional y laboral que el caso causa a los familiares y miembros de la investigación.

The Missing es una serie que en su faceta de policíaco es sólida y tensa pero que destaca sobre todo en su lado más dramático. Sobria y desesperanzadora se apoya en los hombros de las interpretaciones de James Nesbitt y Frances O'Connor, principales responsables de transmitir un ambiente de angustia y rabia arrebatadores. Y aunque algunas de las situaciones gritan a plena voz Madeleine McCann, sobre todo a lo que se refiere a la intervención de la prensa en el asunto (que no sale muy bien parada), el tacto y el cuidado con el que está contada una historia tan delicada como esta hace rápidamente que la atención vuelva a caer en una historia y unos personajes realmente poderosos. Una serie que no deja hueco a las alegrías pero muy recomendable.


The Passing Bells es el último de una serie de dramas, programas especiales y documentales que BBC ha estado estrenando este año con motivo del centenario de la Primera Guerra Mundial. De coproducción polaca, cinco episodios de media hora de duración están siendo emitidos a razón de uno por día durante esta semana, por lo que en realidad nos encontramos más con una película de dos horas despiezada que en una miniserie en sí.

Su principal virtud como drama bélico reside en descentrar su trama en dos frentes, el de dos jóvenes con todo un futuro por delante que acuden, como muchos otros, a una guerra de la que no saben si podrán volver. Hasta aquí nada que no hayamos visto en cualquier otra historia sobre las grandes guerras del siglo XX. El "giro" viene dado cuando descubrimos que esos dos jóvenes con tanto en común luchan en dos bandos diferentes, el inglés y el alemán. 

Este se convierte en el verdadero interés de una serie que camina en el resto de temas por caminos explorados ya demasiadas veces. Fuera de esa premisa, el enemigo también son los hijos desvalidos de alguien que tampoco saben muy bien la razón por la que combatir, el principal problema de esta The Passing Bells es que se empeña en rellenar la plantilla de las historias de guerra y conformarse con ello. Una pena, porque aún contando con una buena producción deja la sensación de poder haber llegado a cotas más altas.