Los pilotos son para el Verano (V): Warehouse 13
El canal Sci Fi deja de ser Sci Fi para llamarse SyFy y cambiar de logo. Y si lo leéis en alto tiene hasta gracia. Pero volvamos al tema que nos ocupa, que no son los juegos de palabras si no las series. La nueva apuesta del canal de la imaginación y lo imposible (que con el cambio de logo querrá ser menos imposible e imaginativa pero más vista) es Warehouse 13. Secretos, inventos, maldiciones y demás piezas paranormales pueblan esta nueva serie. ¿El resultado? A continuación, con los mínimos spoilers posibles.
Warehouse 13 es un almacen ultra secreto del Gobierno de EE.UU. (tan secreto que hasta el servicio secreto desconoce que existe) al cargo de una extraña sección de este en el que se guardan todos aquellos objetos cuyas propiedades son desconocidas y peligrosas para la seguridad de la nación. Durante más de un siglo sus encargados se han encargado de encontrar estos objetos, neutralizarlos, categorizarlos y guardarlos bajo llave hasta que alguien sea capaz de conocer su funcionamiento.
Bajo este interesantísimo punto de partida se esconde un piloto la mar de fallido. Y es que la presentación de la serie no podría haber sido más desafortunada. Por un lado nos encontramos con su duración (hora y media), excesiva se mire por donde se mire. Y es que juntar dos episodios en uno hace que tras una buena primera parte dónde se presenta la trama y los personajes nos encontremos con un caso tipo de lo que va a ser la serie bastante, bastante aburrido y tópico (en mi modesta opinión).
Y claro, con un piloto así no sabes que te vas a seguir encontrando. Se intuye una estructura procedimental (la busqueda de nuevos artefactos) con una subtrama principal sobre la creación y los antiguos "habitantes" de Warhouse 13. Pero, como digo, sólo se intuye, no se confirma. De ser así estaría clarisimo que se desaprovecharía el mejor elemento que ha mostrado la serie en este piloto, el almacen y todos los secretos que esconde.
En cuanto el trío protagonita, ninguna queja. Pero con peros. Porque en cuanto sale a escena Saul Rubinek (Artie Nielsen, el cuidador y hacedor de secretos del almacen) se come a la pareja de agentes federales interpretados por Joanne Kelly y Eddie McClintock, una suerte de Mulder y Scully descafeinados mezclados con unos Booth y Brennan con mucha menos química. Porque la pareja protagonista se queda, por ahora, en el correcto. No son aburridos, pero ni mucho menos hilarantes, guardan algun que otro secreto, pero nada intersante en el frente y dejan caer desde el principio cierta tensión sexual que no acaba de convencer.
En definitiva, después de haber visto una hora y media de Warehouse 13 no tengo nada en claro sobre ella. Pero he visto cosas que me han llamado la atención y que han conseguido que me decida a seguir la serie para ver como se desarrollan. Total, para dejar una serie siempre hay tiempo.
Warehouse 13 es un almacen ultra secreto del Gobierno de EE.UU. (tan secreto que hasta el servicio secreto desconoce que existe) al cargo de una extraña sección de este en el que se guardan todos aquellos objetos cuyas propiedades son desconocidas y peligrosas para la seguridad de la nación. Durante más de un siglo sus encargados se han encargado de encontrar estos objetos, neutralizarlos, categorizarlos y guardarlos bajo llave hasta que alguien sea capaz de conocer su funcionamiento.
Bajo este interesantísimo punto de partida se esconde un piloto la mar de fallido. Y es que la presentación de la serie no podría haber sido más desafortunada. Por un lado nos encontramos con su duración (hora y media), excesiva se mire por donde se mire. Y es que juntar dos episodios en uno hace que tras una buena primera parte dónde se presenta la trama y los personajes nos encontremos con un caso tipo de lo que va a ser la serie bastante, bastante aburrido y tópico (en mi modesta opinión).
Y claro, con un piloto así no sabes que te vas a seguir encontrando. Se intuye una estructura procedimental (la busqueda de nuevos artefactos) con una subtrama principal sobre la creación y los antiguos "habitantes" de Warhouse 13. Pero, como digo, sólo se intuye, no se confirma. De ser así estaría clarisimo que se desaprovecharía el mejor elemento que ha mostrado la serie en este piloto, el almacen y todos los secretos que esconde.
En cuanto el trío protagonita, ninguna queja. Pero con peros. Porque en cuanto sale a escena Saul Rubinek (Artie Nielsen, el cuidador y hacedor de secretos del almacen) se come a la pareja de agentes federales interpretados por Joanne Kelly y Eddie McClintock, una suerte de Mulder y Scully descafeinados mezclados con unos Booth y Brennan con mucha menos química. Porque la pareja protagonista se queda, por ahora, en el correcto. No son aburridos, pero ni mucho menos hilarantes, guardan algun que otro secreto, pero nada intersante en el frente y dejan caer desde el principio cierta tensión sexual que no acaba de convencer.
En definitiva, después de haber visto una hora y media de Warehouse 13 no tengo nada en claro sobre ella. Pero he visto cosas que me han llamado la atención y que han conseguido que me decida a seguir la serie para ver como se desarrollan. Total, para dejar una serie siempre hay tiempo.