Spaced
Ahora que Edgar Wright y Simon Pegg son personajes más que notables (Shaun of the Dead y Hot Fuzz mediante), es buen momento para trasladarse a 1999 y ver los comienzos de este duo de oro que junto a Jessica Hynes - Stevenson (para más información sobre el apellido de esta señorita les remito a los comentarios) crearon una oda a la cultura pop en formato de sitcom llamado Spaced.
Si digo que Spaced es la historia de dos treintañeros que fingen ser pareja para poder alquilar un piso decente a buen precio sería como decir que Friends versa sobre seis amigos que viven en Nueva York o Lost sobre un accidente aéreo. En realidad ese el punto de partida para contar las vicisitudes de un grupo de personas que son incapaces de desarrollar unas vidas óptimas, debido a lo lejos que estas se encuentran de la realidad, y que no son capaces de hacerlas cambiar gracias a su manifiesta inoperancia.
En resumen, una panda de perdedores orgullosos de serlo que no deberían congeniar con el expectador pero a los que adoras desde el primer momento. Y aunque esto ya sería suficiente para convertir a Spaced en un must see, la cosa no acaba aquí ya que lo que eleva a la serie a la categoría de "culto" son sus continuas referencias y homenajes a la cultura pop contemporánea (vamos, que son muy frikis todos).
Para que se hagan una idea, en el primer episodio, Beginnings, a vuela pluma se pueden captar referencias sobre Terminator, The X-Files, 2001, El Resplandor, Scooby Doo, The Dukes of Hazzard o La Guía del Autoestopista Galáctico. Y todo ello sirve para construir gags verdaderamente graciosos e inundar la misma serie con autoreferencias continuas y repetitvas.
Porque en el fondo y ante todo, Spaced es una serie muy divertida. Sorprendentemente divertida y graciosa. Y todo esto lo consigue en dos temporadas de siete episodios cada una, que yo he visto en un día, pero que lejos de tratarse de algo pasajero, deja huella. Y lo hace porque es buena. Y es buena porque la gente que la hace es muy buena.
En resumen, una panda de perdedores orgullosos de serlo que no deberían congeniar con el expectador pero a los que adoras desde el primer momento. Y aunque esto ya sería suficiente para convertir a Spaced en un must see, la cosa no acaba aquí ya que lo que eleva a la serie a la categoría de "culto" son sus continuas referencias y homenajes a la cultura pop contemporánea (vamos, que son muy frikis todos).
Para que se hagan una idea, en el primer episodio, Beginnings, a vuela pluma se pueden captar referencias sobre Terminator, The X-Files, 2001, El Resplandor, Scooby Doo, The Dukes of Hazzard o La Guía del Autoestopista Galáctico. Y todo ello sirve para construir gags verdaderamente graciosos e inundar la misma serie con autoreferencias continuas y repetitvas.
Porque en el fondo y ante todo, Spaced es una serie muy divertida. Sorprendentemente divertida y graciosa. Y todo esto lo consigue en dos temporadas de siete episodios cada una, que yo he visto en un día, pero que lejos de tratarse de algo pasajero, deja huella. Y lo hace porque es buena. Y es buena porque la gente que la hace es muy buena.