Doctor Who: Dreamland

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Cuando el presupuesto no da para más, las ideas deben agudizarse. Parte del encanto que siempre ha tenido Doctor Who en su versión primigenia, y que aún sigue intacto, es que detrás de esos decorados de cartón piedra y de actores ataviados en trajes de poliestireno expandido (a.k.a. poliespan) había unos argumentos originales y unas historias que mantenían enganchada a la audiencia.

Pero no estamos en los 70 y, aunque la BBC actualmente sufre como todo hijo de vecino las consecuencia de la crisis económica, el negocio televisivo ha cambiado y hay suficiente presupuesto como para presentar al público unos productos televisisivos tecnicamente decentes. Y en este contexto nos encontramos con Dreamland, una miniserie animada de 6 episodios de duración que cuenta el viaje de The Doctor en el pueblo de Roswell, hogar de la no tan secreta base militar Area 51.

El problema con Dreamland viene cuando se comprueba que técnicamente es una producción de principio de siglo. Su animación parece más sacada de un videojuego de vieja generación que de una serie de 2009. No existen detalles en los decorados, los animadores de los personajes desconocen la palabra ritmo y el movimiento facial se limita al levantamiento de ceja. Y si a todo ello se le suma un doblaje falto de energía y que, por momentos, desentonan con la imagen, nos encontramos con el equivalente al cartón piedra del siglo XXI. Y claro, por mucho que la historia de fondo cumpla perfectamente su cometido no tapa la evidencia de que Dreamland no es más que un apaño, un subproducto que no funciona ni para fanáticos y una chapuza de la BBC que, en el caso que nos ocupa, es incapaz de realizar una producción decente de, lo que se presupone, es su más antiguo y mayor activo, Doctor Who.

Pero si después de todo este rapapolvo tienen ganas de callarme la boca y hacerme ver lo equivocado que estoy, aquí tienen la primera parte de Dreamland para su uso y disfrute. Allons-y!