Scrubs II
Si Scrubs hubiera acabado, que sé yo, hace unas dos temporadas nada malo habría pasado. Ahora mismo la recordaríamos como una de las mejores comedias de los últimos años, hablaríamos de los muy buenos personajes que tenía y nos acordaríamos de ella al ver cada episodio de Modern Family y comprobar que no es tan difícil consiguir una buena moraleja y un final de esos que te tocan la patata sin insultar a la inteligencia del espectador.
Pero es que la NBC no terminó de tratar muy bien a la criatura de Bill Lawrence, cosa que propició que desde la octava temporada el Sacred Heart cambiara de dueño que, como bien se muestra en el cartel promocional de arriba, no es otro que la ABC. Y claro, cuando te haces con una comedia de largo recorrido, un buen puñado de fans y bastante fama, cuesta soltarla. Y esa es la situación de la franquicia Scrubs en estos momentos.
Scrubs, tal como la conocemos, acabó en el último episodio de la octava temporada. My Finale, se llamaba el episodio (bastante indicativo, ¿no?). Pero repito, la ABC tiene la intención de exprimir una compra que, por ahora, no le ha salido tan bien como supongo se esperaban. ¿La solución? Llevar la serie a otro nivel argumental y aprovechar el tirón de los actores que aún le quedan para crear una serie distinta, pero igual. ¿Recuerdan Salvados por la Campana: Años de Universidad? Pues algo parecido, pero no tan chapuza.
Es por ello que nos encontramos con que a la novena temporada de Scrubs, perfectamente se le podría haber cambiado el nombre y convertirla en un spin off. El Sacred Heart se ha convertido en un Hospital Universitario, con los doctores Cox, Turk, Kelso y J.D. como profesores. Oye que la cosa no pinta mal, y estan ahí para encauzar la historia y los nuevos personajes (Zach Braff por fín abandonará la serie, despues de no se cuantos intentos, pasados unos episodios), que todos sabemos que con vaselina todo entra mejor.
¿Los nuevos personajes? Calcos. Chica nueva insegura quiere ser una buena doctora (¡hasta escuchamos sus fantasías!), y deberá ganarse la confianza del Doctor Cox. Pero este cogerá de pupilo un fracasado y le esconderá sus intenciones bajo una borde fachada. Jugada maestra la de los guionistas, han dividido a J.D. y tienen dos personajes por el precio de uno.
Al menos, algunos chistes y diálogos siguen funcionando como el primer día. No seré yo quien niegue que los chistes sobre la homosexualidad de Turk y J.D. nunca dejarán de hacer gracia. Es por ello que esta nueva etapa de Scrubs es, por ahora, decente. Ni un bodrio, ni nada para tirar cohetes. Para los que llevamos ya ocho años con ella no es un incorido, pero para el resto no pasa de ser más que una anécdota.
PD: No todo son palos, tranquilos. Por lo menos la ABC ha sabido sacarle algún provecho a V, aunque sea para promocionar Scrubs:
Pero es que la NBC no terminó de tratar muy bien a la criatura de Bill Lawrence, cosa que propició que desde la octava temporada el Sacred Heart cambiara de dueño que, como bien se muestra en el cartel promocional de arriba, no es otro que la ABC. Y claro, cuando te haces con una comedia de largo recorrido, un buen puñado de fans y bastante fama, cuesta soltarla. Y esa es la situación de la franquicia Scrubs en estos momentos.
Scrubs, tal como la conocemos, acabó en el último episodio de la octava temporada. My Finale, se llamaba el episodio (bastante indicativo, ¿no?). Pero repito, la ABC tiene la intención de exprimir una compra que, por ahora, no le ha salido tan bien como supongo se esperaban. ¿La solución? Llevar la serie a otro nivel argumental y aprovechar el tirón de los actores que aún le quedan para crear una serie distinta, pero igual. ¿Recuerdan Salvados por la Campana: Años de Universidad? Pues algo parecido, pero no tan chapuza.
Es por ello que nos encontramos con que a la novena temporada de Scrubs, perfectamente se le podría haber cambiado el nombre y convertirla en un spin off. El Sacred Heart se ha convertido en un Hospital Universitario, con los doctores Cox, Turk, Kelso y J.D. como profesores. Oye que la cosa no pinta mal, y estan ahí para encauzar la historia y los nuevos personajes (Zach Braff por fín abandonará la serie, despues de no se cuantos intentos, pasados unos episodios), que todos sabemos que con vaselina todo entra mejor.
¿Los nuevos personajes? Calcos. Chica nueva insegura quiere ser una buena doctora (¡hasta escuchamos sus fantasías!), y deberá ganarse la confianza del Doctor Cox. Pero este cogerá de pupilo un fracasado y le esconderá sus intenciones bajo una borde fachada. Jugada maestra la de los guionistas, han dividido a J.D. y tienen dos personajes por el precio de uno.
Al menos, algunos chistes y diálogos siguen funcionando como el primer día. No seré yo quien niegue que los chistes sobre la homosexualidad de Turk y J.D. nunca dejarán de hacer gracia. Es por ello que esta nueva etapa de Scrubs es, por ahora, decente. Ni un bodrio, ni nada para tirar cohetes. Para los que llevamos ya ocho años con ella no es un incorido, pero para el resto no pasa de ser más que una anécdota.
PD: No todo son palos, tranquilos. Por lo menos la ABC ha sabido sacarle algún provecho a V, aunque sea para promocionar Scrubs: