The I.T. Crowd [inserte aquí su risa enlatada]
Después de mucho esperar la cuarta temporada de The I.T. Crowd ya se encuentra en antena. Dos episodios, ¡un tercio de la temporada!, que no han desentonado con la calidad mostrada por la serie hasta ahora y que mantienen las lineas maestras del éxito de la serie. Unas lineas maestras bien delimitadas desde el comienzo de la serie que son, hoy por hoy, el mayor exponente de los elementos de la sitcom clásica aveces tan denostada en estos tiempos modernos en los que desde la irrupción de Ricky Gervais con The Office, Larry David con Curb Your Enthusiasm o la propia Arrested Development con sus falsos avances de episodio evolucionaran la forma de hacer comedia en televisión.
Y es que The I.T. Crowd es de manual. Pocos personajes principales, secundarios recurrentes,escenarios interiores fijos y risas entre chiste y chiste provenientes del público que acude a la grabación. Solo le falta una introducción con los personajes mirando a cámara mientras sonríen para parecer que más que una producción contemporánea, nos encontramos ante una serie de mitad de los noventa. Pero es capaz de alterar ese manual lo justo y necesario con píldoras de extravagancia como para que el peso de la monotonía de todos sus clásicos y manidos elementos no se noten lo más mínimo.
Eso, claro, y la calidad y elaboración de sus chistes y gags. Es bastante curioso que en largo y cansino debate sobre las risas de fondo en las comedias (sean grabadas o en directo), los detractores de estas siempre hacen alusión a comedias menores para argumentar la pesadez que les produce las famosas carcajadas y, sobre todo, aluden a la falta de respecto que consideran que les tengan que remarcar cuando reírse (sic). Cuando en realidad lo importante no son las risas, si no la calidad del chiste que las precede. Y en este aspecto The I.T. Crowd no solo confirma lo vacío del debate si no que se aúpa, junto a otras como HIMYM, como el mejor ejemplo actual en defensa de una forma especifica de hacer comedia televisada.
Ahora solo falta confirmar con los cuatro episodios que restan que tanto esperar ha merecido la pena y, sobre todo, rezar para que no tener que esperar tanto para la ya confirmada quinta temporada.
Y es que The I.T. Crowd es de manual. Pocos personajes principales, secundarios recurrentes,escenarios interiores fijos y risas entre chiste y chiste provenientes del público que acude a la grabación. Solo le falta una introducción con los personajes mirando a cámara mientras sonríen para parecer que más que una producción contemporánea, nos encontramos ante una serie de mitad de los noventa. Pero es capaz de alterar ese manual lo justo y necesario con píldoras de extravagancia como para que el peso de la monotonía de todos sus clásicos y manidos elementos no se noten lo más mínimo.
Eso, claro, y la calidad y elaboración de sus chistes y gags. Es bastante curioso que en largo y cansino debate sobre las risas de fondo en las comedias (sean grabadas o en directo), los detractores de estas siempre hacen alusión a comedias menores para argumentar la pesadez que les produce las famosas carcajadas y, sobre todo, aluden a la falta de respecto que consideran que les tengan que remarcar cuando reírse (sic). Cuando en realidad lo importante no son las risas, si no la calidad del chiste que las precede. Y en este aspecto The I.T. Crowd no solo confirma lo vacío del debate si no que se aúpa, junto a otras como HIMYM, como el mejor ejemplo actual en defensa de una forma especifica de hacer comedia televisada.
Ahora solo falta confirmar con los cuatro episodios que restan que tanto esperar ha merecido la pena y, sobre todo, rezar para que no tener que esperar tanto para la ya confirmada quinta temporada.