The Crimson Petal and the White
La BBC está en otra dimensión porque hace lo que otras cadenas ni siquiera se plantearían: adaptar la historia que adapta, dedicarle los recursos que le dedica, mostrar las cosas que muestra y contarlo todo de la forma que lo cuenta. The Crimson Petal and the White, adaptación en forma de mini serie de la obra homónima de Michel Faber, seduce y perturba con unos recursos estilísticos magistrales y una historia que hipnotiza con un ritmo lento pero sobre-compensado con intensidad.
Ambientada en la Londres victoriana, la serie retrata con crudeza las oscuras miserias de una sociedad reprimida y fuertemente estratificada con el desparpajo y el atrevimiento que el propio Dickens jamás pudo imaginar. Un hombre de clase alta mantiene una aventura con una joven prostituta, que escribe en su "Libro del Odio" cómo asesina a sus clientes, mientras su mujer enferma hasta la locura encerrada en su casa. Las vidas de los tres personajes se entremezclan a través del sexo, la frustración, el miedo, la desesperación, la obsesión... Lo más destacable de esta serie es su capacidad para crear una atmósfera de pesadilla, de cargar el ambiente y poner la piel de gallina con una puesta en escena minuciosa y grandilocuente, música ambiente de terror y escenas impresionantes, difíciles de borrar de la memoria. Chris O'Dowd sorprende con un registro inédito interpretando con maestría al patético y frustrado industrial William Rackham. Increíble que este hombre sea Roy en The IT Crowd. Por otro lado, la bellísima Romola Garai transmite perfectamente el sufrimiento de la compleja prostituta Sugar. Pero la actuación más impactante es la de Amanda Hale, que se deja la piel para mostrar la demencia de Agnes Rackham.
The Crimson Petal and the White es una auténtica joya de la corona de la televisión moderna, una obra compleja y profunda, refinada y bruta a la vez, altamente estimulante y audiovisualmente espectacular. Durante sus cuatro episodios lleva a otro nivel lo que creíamos que se puede hacer en televisión, una de esas series que te hace olvidar de cuál es la pantalla grande y cuál la pequeña. Sin duda está dirigida al espectador más sibarita, serio y paciente, pero creo firmemente que la intensidad de las emociones que transmite y su irresistible apartado visual puede llegar a atrapar al gran público.
[+] Refinada y podrida por Alberto Rey.