Luck
Basta con ver el curriculum de su creador para tener claro que Luck, la nueva serie de HBO protagonizada por Dustin Hoffman, no va a ser de fácil digestión. Incluyendo los anteriores trabajos de David Milch, esa obra maestra llamada Deadwood y la bastante menos apreciada (por méritos propios) John From Cincinnati, se puede extraer como factor común una notable e intencional falta de consideración por la comprensión a corto plazo de sus espectadores. Si encima de ésto la historia se centra en un tema tan específico y poco popular como es el mundo de las carreras de caballos, te encuentras con una serie que difícilmente va a gustar al gran público. ¿Y a quién demonios le importa? HBO ya la renovó para una segunda temporada, David Milch duerme como un bebé y a mí me encanta.
Es cierto que el episodio piloto (escrito por Milch y dirigido con maestría por Michael Mann) es hermético y no se molesta demasiado en introducir personajes y explicar sucesos de forma directa, pero las críticas que fueron apareciendo por internet tachándola de incomprensible (y como consecuencia, aburrida o poco interesante) me parecen exageradas. Luck, como otras series de HBO, The Wire por ejemplo, es una serie planificada a largo plazo, pensada para ser entendida con el tiempo y en su conjunto, no por escenas o episodios en particular. Requiere paciencia, atención, reflexión al final de cada episodio e incluso un poco de documentación[1], pero desde luego no hace falta ser un genio para enterarse de lo que pasa. Centrada en el Hipódromo de Santa Anita, California, Luck muestra una visión realista y por capas del mundo de las apuestas y las carreras de caballos. Con una gran trama de crimen e intereses ecónomicos de fondo, la serie va introduciéndonos las funciones, el día a día y la interacción entre los distintos implicados: los jockeys, peones que pueden decidir determinadas jugadas; los entrenadores de caballos, los grandes estrategas; los propietarios, que por sus intereses tienden a ensuciar el deporte; y los handicappers (los que apuestan con conocimiento), que aparentan ser elementos externos pero en cualquier momento se pueden solapar con cualquiera de las otras tres clases. La esencia de Luck se encuentra en el subtítulo que se puede ver en el poster promocional: "Leave nothing to chance." Ese concepto es lo que hace a esta historia (potencialmente y por lo que ya deja ver) tan interesante, cómo un mundo que desde fuera parece estar controlado por el azar por detrás conlleva una compleja red de intereses, tradición, estrategia y, cómo no, miseria humana.
Por ambición por parte de sus responsables y confianza por parte de su cadena, Luck se ganó mi paciencia para escuchar todo lo que me tenga que contar. Una vez más, y pese a no siempre acertar con su jugada, HBO apuesta por ir en contra de la cultura del consumo rápido y a lo que mejor sabe hacer: reunir talento (añade Milch-Mann-Hoffman junto a Winter-Scorsese-Buscemi y Simon-Burns) e invertir dinero en contar grandes historias de la mejor forma posible.
¡Ah! Y que nadie me diga en los comentarios "es que a mi no me gustan las carreras de caballos" (leer con voz burlona) porque hace seis años a nadie le gustaba el football americano y mira como terminó Friday Night Lights.
[1] La página oficial de la serie ofrece muy buenos recursos para no perderse ni un detalle. Recomiendo leer las sinopsis de los episodios y las entrevistas a David Milch, en las que explica conceptos como por qué Jerry es un handicapper brillante o la mentalidad outsider de Turo Escalante. También en esta entrada de Vulture (y en los comentarios) se explican detalles importantes del piloto.
Y para terminar, un pequeño homenaje a El Diario de Mr. MacGuffin porque sí:
Musica de la semana: no suena en la serie, pero mi nuevo grupo favorito casualmente tiene una canción que viene a cuento: "Racehorse". WILD FLAG es un grupo de rock compuesto por 4 chicas y liderado por Carrie Brownstein (quecasi nadie algunos conocerán como la mitad femenina de esa joyita que es Portlandia) del que Patti Smith estaría muy orgullosa de haber inspirado. No se pierdan su disco debut homónimo (pueden escucharlo en Spotify).
Es cierto que el episodio piloto (escrito por Milch y dirigido con maestría por Michael Mann) es hermético y no se molesta demasiado en introducir personajes y explicar sucesos de forma directa, pero las críticas que fueron apareciendo por internet tachándola de incomprensible (y como consecuencia, aburrida o poco interesante) me parecen exageradas. Luck, como otras series de HBO, The Wire por ejemplo, es una serie planificada a largo plazo, pensada para ser entendida con el tiempo y en su conjunto, no por escenas o episodios en particular. Requiere paciencia, atención, reflexión al final de cada episodio e incluso un poco de documentación[1], pero desde luego no hace falta ser un genio para enterarse de lo que pasa. Centrada en el Hipódromo de Santa Anita, California, Luck muestra una visión realista y por capas del mundo de las apuestas y las carreras de caballos. Con una gran trama de crimen e intereses ecónomicos de fondo, la serie va introduciéndonos las funciones, el día a día y la interacción entre los distintos implicados: los jockeys, peones que pueden decidir determinadas jugadas; los entrenadores de caballos, los grandes estrategas; los propietarios, que por sus intereses tienden a ensuciar el deporte; y los handicappers (los que apuestan con conocimiento), que aparentan ser elementos externos pero en cualquier momento se pueden solapar con cualquiera de las otras tres clases. La esencia de Luck se encuentra en el subtítulo que se puede ver en el poster promocional: "Leave nothing to chance." Ese concepto es lo que hace a esta historia (potencialmente y por lo que ya deja ver) tan interesante, cómo un mundo que desde fuera parece estar controlado por el azar por detrás conlleva una compleja red de intereses, tradición, estrategia y, cómo no, miseria humana.
Por ambición por parte de sus responsables y confianza por parte de su cadena, Luck se ganó mi paciencia para escuchar todo lo que me tenga que contar. Una vez más, y pese a no siempre acertar con su jugada, HBO apuesta por ir en contra de la cultura del consumo rápido y a lo que mejor sabe hacer: reunir talento (añade Milch-Mann-Hoffman junto a Winter-Scorsese-Buscemi y Simon-Burns) e invertir dinero en contar grandes historias de la mejor forma posible.
¡Ah! Y que nadie me diga en los comentarios "es que a mi no me gustan las carreras de caballos" (leer con voz burlona) porque hace seis años a nadie le gustaba el football americano y mira como terminó Friday Night Lights.
[1] La página oficial de la serie ofrece muy buenos recursos para no perderse ni un detalle. Recomiendo leer las sinopsis de los episodios y las entrevistas a David Milch, en las que explica conceptos como por qué Jerry es un handicapper brillante o la mentalidad outsider de Turo Escalante. También en esta entrada de Vulture (y en los comentarios) se explican detalles importantes del piloto.
Y para terminar, un pequeño homenaje a El Diario de Mr. MacGuffin porque sí:
Musica de la semana: no suena en la serie, pero mi nuevo grupo favorito casualmente tiene una canción que viene a cuento: "Racehorse". WILD FLAG es un grupo de rock compuesto por 4 chicas y liderado por Carrie Brownstein (que