Live from New York...


... it´s Saturday Night.

Treinta y ocho años, y treinta y ocho temporadas, han pasado desde que un 11 de Octubre de 1975 se estrenará en la NBC un programa de sketches y variedades salido de las mentes de Lorne Michaels y Dick Ebersol, protagonizado por un grupo de cómicos que harían historia [1] y conducido cada semana por un presentador diferente. El resto es historia, historia que todavía se está escribiendo y que este pasado sábado comenzó una nueva etapa significativa en cuanto a los cambios producidos, unos necesarios, otros intrascendentes y otros, lamentablemente, irreemplazables.

La marcha de Abbey Elliot tras cuatro temporadas, tercera generación de Elliots que pasan por el programa tras su padre (reverencia) Chris Elliot y su abuelo Bob, no se torna dramática ni mucho menos. La buena de Abby, seguramente harta de estar en un segundo plano siempre detrás de Kristen Wiig, inició una búsqueda infructuosa de hacerse un hueco en la parrilla americana con su propia serie y ha acabado teniéndose que conformar con formar parte de la nueva temporada de How I met your Mother.

Pero remontémonos a 2005, año de la entrada de Kristen Wiig y Andy Samberg, los otros dos nombres que han dejado atrás a papá Michaels para seguir con su carrera. De la primera poco que decir que no se haya dicho ya. Durante los últimos años monopolizó prácticamente todo papel femenino del show con su cada vez más exagerado histrionismo y tras el éxito de Bridesmaids era de dominio público que más tarde o más temprano iba a abandonar el show. ¿Consecuencias? Vanessa Bayer ascendida al cast principal formando junto a Nasim Pedrad el dúo femenino principal para esta temporada, apoyadas por Kate McKinnon, que se incorporó a mitad del año pasado y dos nuevos fichajes femeninos de los que poco hemos podido ver en este primer episodio, las cómicas de improvisación  Aidy Bryant y Cecily Strong.

Pero lo de Andy Samberg, lo de Andy Samberg sí que es una marcha más dolorosa. Y no tanto por su valía personal, que también, si no sobre todo porque su ausencia significa dar carpetazo a una de las épocas más gloriosas que ha tenido el programa en sus casi cuarenta años de emisión. Evidentemente me refiero a la influencia de The Lonely Island, grupo que forma junto a  Akiva Schaffer y Jorma Taccone, y a sus Digital Shorts, que significaron una apertura del programa a la audiencia de internet, del meme, del vídeo de YouTube y del boca a boca. Durante un poco más de 100 ediciones, a las que le podéis echar el ojo aquí, los Digital Shorts se convirtieron en una parte esencial de cada programa, al igual que lo son el sketch político introductorio o el mismísimo Weekend Update. Por eso cuesta imaginar un SNL sin la ración semanal de Samberg y compañía, que han dejado un hueco que difícilmente podrá ser llenado.

Pero dejemos la nostalgia y veamos como se ha reestructurado el programa. El primer y significativo cambio llega con el "ascenso" de Jay Pharoah, con el cual al fin podemos ver un imitación de Obama en condiciones, esa que no pudimos disfrutar con el-hombre-para-todo Fred Armisen, que hacía lo que podía pero que, evidentemente, tenía que ser relegado en cuanto alguien con un poco de tablas se ganara la confianza de Lorne. Sobre lo demás, el programa ha empezado con fuerza recogiendo con los brazos abiertos todo el material que se les ha ido acumulando durante el verano. Lochte, la participación de Psy y su Gangnam Style (¡hola YouTube!) y, como no, tras anunciar Bill Hader que algo haría, Clint Eastwood y su bendita silla. Todo ello conducido por un Seth MacFarlane en su salsa tras el éxito de Ted, muy receptivo y participativo.

Así comienza la trigésimo octava temporada de SNL, con Hader, Sudeikis, Armisen y Kenan Thompson como los veteranos que tienen que echarse a las espaldas el programa este año a las órdenes de Seth Meyers. Y a seguir escribiendo historia.

[1] Que tienen que recitar de memoria como la lista de reyes Godos: Dan Aykroyd, John Belushi, Chevy Chase, Jane Curtin, Garrett Morris, Laraine Newman y Gilda Radner.