Rectify, la calma del canal Sundance


Cuando el canal Sundance tiene todavía a gran parte de la crítica dirimiendo sobre Top of the Lake [1], nos llega la segunda apuesta de producción propia del canal dedicado a la ficción independiente. Al igual que su hermana de canal, Rectify se nos presenta como una serie de producción pretenciosa, de ritmo pausado y que se encuadra perfectamente dentro de la imagen de marca de la cadena fundada por Robert Redford. Creada por Ray McKinnon [2] y con la vitola de estar producida por Mark Johnson Melissa Bernstein (Breaking Bad) Rectify compone una historia de perdón, culpa y suspicacias que pone el foco en las vidas de un personajes corrientes del sur de los Estados Unidos.

La premisa es la siguiente. Tras pasar los últimos diecinueve años en aislamiento y espera en el corredor de la muerte por la violación y asesinato de su novia de instituto, Daniel Holden se libra de su condena gracias a nuevas pruebas de ADN y regresa al pequeño pueblo sureño que una vez fue su casa. En primera instancia nos encontramos ante una historia de renacimiento, el de una persona que tras veinte años regresa a un hogar que ha avanzado veinte años y que para él le es totalmente desconocido. Veinte años son muchos, y más estos veinte últimos. Daniel se encuentra de repente un extraño en un mundo que ha evolucionado alrededor de su encierro pero que, a nivel local, todavía le sigue juzgando por su pasado.

Con un ritmo que hace parecer a Mad Men una frenética serie de aventuras, Rectify hace un repaso pausado de la condición humana. El perdón, castigo o la culpa son varios de los conceptos que la serie intenta retratar con la ayuda de las posiciones y sentimientos del propio Daniel y de, sobre todo, la gente que le rodea. Una hermana devota de su inocencia, una madre resignada a la perdida de su hijo o un hermanastro desconocido aportan la cara más amable y redentora de la serie mientras que la sombra de la sospecha todavía se cierne en los actos de nuestro protagonista.

Esa sospecha es el centro del misterio de la serie. Un misterio que está ahí pero que no se explota. Rectify no es una serie de grandes giros argumentales como pudieran serlo Homeland o The Killing. Es un drama mucho más preocupado por la naturaleza de los actos de unas personas reconocibles por el espectador por su comportamiento cotidanio. Su encanto se encuentra en una producción cuidada, con una banda sonora que hace suyo el folk, y unas interpretaciones contenidas. Aden Young, por su condición de protagonista, se lleva aquí todos los focos, interpretando un personaje que se mueve entre lo horripilante y lo vulnerable.

En definitiva, la serie construye con calma una tensa trama de segundas oportunidades y presión social mientras que se centra en las vicisitudes de una pequeña comunidad sureña con sus propios problemas. Una historia de enfrentamientos propios, el de Daniel frente a la culpa y el perdón, y  de enfrentamientos ajenos, los de una población que se vuelve a encontrar con un ciudadano al que hace tiempo que enjuició y condenó. No es una serie para todos los paladares. Precisa de unos niveles de atención altos y se encuentra demasiado ensimismada. Pero si se entra en su ambiciosa propuesta construye una interesante radiografía introspectiva del comportamiento y sentimiento humano. Seis episodios a seguir que seguro que marcaran el devenir futuro de la producción propia y de la imagen de marca del canal Sundance.

[1] Les recomiendo este artículo de Alberto Nahum sobre ella.
[2] Más conocido por su papel de actor en series como Deadwood o Sons Of Anarchy.
[+] Rectify se estrena en España el 2 de mayo en el Canal Sundance.