Danger 5


Seguro que entre tanta fiesta se os ha podido pasar que el pasado 4 de enero la cadena australiana SBS estrenó, tres años después de la emisión de su último episodio [1] y casi como un regalo de reyes adelantado, la segunda temporada de Danger 5. Así que aprovechando la ocasión qué mejor para hablar de esta comedia que con tan solo siete episodios se ganó el estatus de culto allá por 2012.

Creada por Dario Russo y David Ashby es hija del anterior proyecto de la pareja, Italian Spiderman, un falso trailer dirigido por Russo como proyecto de fin de carrera que parodiaba la estética de la explotation sesentera de la cultura americana por parte de producciones europeas y asiáticas. Del clip, éxito inmediato en YouTube, derivarían una serie de cortos presentados como partes perdidas de una cinta que, aunque es verdad que estiraba algo el chiste, servía para poner en el mapa a unos creadores que al poco tiempo recibirían la oferta de convertir su mediometraje en una serie de televisión. Problemas de derechos entre las partes creativas y las productoras hicieron que rápidamente la idea se desechara, abriendo así las puertas a otro de los proyectos que Russo y Ashby pusieron encima de la mesa de la cadena, Danger 5.

Siguiendo con esa explotación tan particular, nos encontramos ante una comedia de acción que parece sacada de cualquier revista pulp de la época. La serie, una reinterpretación sesentera surrealista de la II Guerra Mundial, cuenta las aventuras de un grupo de espías internacionales cuya misión es matar a Hitler y desbaratar sus locos planes de dominación mundial. Pero mejor os pongo su trailer para que os hagáis una mejor idea de lo os estoy hablando.

 

Dinosaurios nazis, robots soldados, gente con máscaras de animales, nicotina, maquetas sujetadas por hilos y mujeres guapas. La autoconsciencia de su humor y la estética, que imita y parodia a la perfección el estilo y los efectos especiales de la época, son el punto fuerte de una comedia con una propuesta que puede que a mucha gente le cueste comprar pero que por duración, ni tres horas en total, se disfruta en un abrir y cerrar de ojos. Lo que nos lleva al estreno de su segunda temporada, que por lo visto en su trailer y primer episodio promete multiplicar exponencialmente sus niveles de locura y que da un salto temporal y traslada sus referentes a la cultura ochentera, consiguiendo de paso renovar la propuesta al mismo tiempo que conserva el espíritu original de la serie.

[1] Estreno retrasado varios meses por la decisión de la cadena de no emitir la serie durante la crisis internacional derivada de las acciones del Estado Islámico durante el último trimestre del año.